PARRICIDIO PIMENTEL, UN MODERNO ANTI-HÉROE

Buff...han pasado varios meses desde la última vez que subí algo...y es que realmente, este es el único cuadro que he hecho en todo este tiempo...en este período han pasado muchas cosas, y os transmito que ante todo, cada día intento estirar el cuello y levantar el mentón todo lo que puedo, pero a veces que se me acentúa la chepet!! Bueno, ahora me siento algo mejorado, algo más despejado y un poco más concentrado en esto del arte...a pesar de lo poco que me deja el día para poder ser algo creativo, lo intento, parece que el sol de mi poco estimado verano levantino tiene algo de culpa de que se me ocurran ideas locas día tras día...de internet sólo dispongo en el trabajo, y no le dedico mucho a estas cosas de los blogs y tal, siempre estoy que los miro mucho durante poco tiempo y no los miro en una larga temporada (una ojeada al myspace es algo relativamente más rápido que escribir los textos con los que me gusta acompañar cada imagen que añado)

Bueno, ¿y qué decir de este cuadro?...Ay, la telefonía móvil, cuántos quebraderos de cabeza me ha dado!!! Cuántas cosas que he tenido que dejar de hacer por ella, a cuántas personas he dejado de atender y amar por ella, cuántas canciones me ha quitado de las manos por tener que cumplir sus deseos....y al final le he dedicado un lienzo, en este curso, el de mi regreso al óleo...Me ha costado sudor y lágrimas (literalmente) poder llegar a estas alturas del año, y creo que me puedo quedar satisfecho con mi trabajo, escaso, espero que el empeño quede demostrado con la imagen. Como no podía ser de otra manera, he sacado la fotografía con mi móvil, culpable de la existencia de esos eternos vigilantes, y además están colocadas precisamente en la terraza del edificio de la Facultad de Bellas Artes. Hay varios factores que me han hecho tomar este referente, pues no había recurrido aún a la temática de mi trabajo; por ejemplo, las instalaciones de telefonía móvil están muy envueltas en polémicas ciudadanas por la cuestión de su posible efecto cancerígeno, con la consiguiente alarma social; otro factor implicado también es su funcionalidad, porque son útiles en muchos aspectos (no hablo de los juegos, de los móviles con cámara y mp3, etc. evidentemente, sino de su eficacia en situaciones de emergencia o aislamiento), pero fuera de su utilidad más inmediata, los teléfonos móviles implican otro paso más en la aceleración general en que nos vemos inmersos en nuestro entorno con las nuevas tecnologías, porque se nos vende que facilitan la comunicación, pero en realidad nos sitúan más distantes, pues en mi opinión acentúan el egocentrismo, el falso estatus y la banalidad. La necesidad de su posesión que se genera, el analfabetismo tecnológico de quien no tiene un teléfono móvil, es algo que, como para cualquier otro objeto anhelado, es reflejo del deseo que nos domina...¿qué más? Pues creo que las antenas, desde su privilegiada posición, establecen un régimen de vigilancia sobre nosotros del que no somos conscientes: todas nuestras llamadas quedan registradas, nuestros mensajes guardados, en definitiva, son una herramienta de control suave e inocentemente incluida en nuestras vidas y en nuestras manos y de ellas depende la utilidad que les demos...
Así que, como ya sabíamos, el señor George Orwell con su Big Brother, no andaba nada desencaminado…o será más bien que...¡¡el neo-capitalismo le ha hackeado la idea!!
Nada más por hoy…

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